La ampliación de Cerler por Castanesa aumentaría el dominio esquiable a más de 100 km
Heraldo , 6 de marzo de 2019
Aramón tiene el 11 de diciembre de 2020 como fecha límite para iniciar las obras. Benasque apoya el proyecto pero no olvida sus alternativas
El 11 de diciembre del 2020. Esta es la fecha límite que tiene Aramón, la empresa participada por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, para iniciar las obras de ampliación de la estación del Cerler hacia Castanesa (Montanuy). Su consejo de administración se reúne el miércoles en Zaragoza para analizar el estudio técnico que permitirá extender los 77 kilómetros del actual dominio esquiable a más de 100 y contar con dos accesos, uno desde Benasque y otro desde Castanesa.
La definición del proyecto se ha debatido ya en el consejo de administración de Fomento y Desarrollo del Valle de Benasque, la sociedad gestora de Cerler. Según lo avanzado hasta ahora, la ampliación se iniciaría desde la estación de Cerler, donde acaban las pistas, en el collado de Basibé, a 2.380 metros. De hecho, la última pilona está situada en el municipio de Montanuy. Desde aquí, a través de dos o tres remontes, conectaría con el frente de nieve en las bordas de Castanesa, donde habría un parquin. Una carretera de 7 kilómetros llevaría a los esquiadores a Fonchanina, ya en el valle de Castanesa. Existe una pista forestal contemplada como vía de evacuación o de servicios para la futura ampliación, pero sería necesario adaptarla como una carretera por donde circularan autobuses lanzaderas para comunicar el pueblo con el frente de nieve, a 1.700 m, y no acumular vehículos.
La idea de iniciar las obras desde Cerler permitiría rentabilizar desde el principio la operación. A partir del primer remonte se construirían otros hasta llegar al frente de nieve para completar progresivamente las otras infraestructuras, como los sistemas de innivación artificial, los edificios de servicios y los accesos.
Este esquema cuenta con una declaración de impacto ambiental, aunque el retraso en su ejecución ha obligado a solicitar sucesivas prórrogas, de manera que Aramón como promotor se enfrenta ahora a un plazo límite. La primera declaración ambiental data de 2010 y estaba condicionada al inicio de las obras antes de dos años. Se solicitó una prórroga de dos años, al no haberse aprobado el preceptivo Plan de Interés General de Aragón para el proyecto y luego una segunda.
El 16 de septiembre de 2014, Aramón alegó «dificultades financieras» en el contexto de la crisis económica general para justificar que todavía no se habían iniciado los trabajos. Se le concedió otro aplazamiento, que finaliza el 11 de diciembre del 2020. En el caso de que las obras del denominado ‘Dominio Castanesa’ no se inicien «de forma efectiva», indicó la resolución del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental, «la presente declaración de impacto ambiental caducará automáticamente y perderá su vigencia», debiendo el promotor iniciar nuevamente un nuevo trámite.
En este contexto, la consejera de Economía de Aragón y presidenta de Aramón, Marta Gastón, anunció el lunes en Huesca que se estaba trabajando en el estudio técnico. Fue una sorpresa, ya que parecía que el proyecto estaba olvidado. Tanto el Ayuntamiento de Benasque como el de Montanuy han mostrado su satisfacción por que se resucite la iniciativa. La alcaldesa de este último lo considera clave para acabar con la sangría de la despoblación en un municipio de menos de 200 habitantes repartidos en 17 núcleos.
A esta circunstancia apela el alcalde benasqués, José Ignacio Abadías. «Algo hay que hacer para que los pueblos se mantengan. Me parece bien que se retome el proyecto», declaró. Por su parte, el presidente de los empresarios del valle de Benasque, José María Ciria, ve positivamente cualquier ampliación «para ser más competitivos» y reitera que «nunca nos opondremos a la extensión por Castanesa, un valle muy tocado por la despoblación».
Sin embargo, tanto Abadías como Ciria piden que esa actuación sea simultánea con la ejecución de otros proyectos eternamente reivindicados en el valle, como la ampliación por Ardonés, que subiría el dominio esquiable a 2.800 metros, y la construcción de un telecabina que conecte Benasque con Cerler y evite las congestiones de tráfico en la carretera. Esta estación es la más alpina del Pirineo aragonés, la de mayor altitud, una ventaja frente a las amaneazas del cambio climático.
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