Deportes de aventura en el valle de Benasque

Deportes de aventura en el valle de Benasque

17 agosto 2013 Artículos 0

Deportes de aventura en el valle de Benasque – elEconomista.es.

El valle de Benasque, en el Pirineo aragonés, alberga la mayor concentración de tresmiles del Pirineo y los glaciares más meriodionales de Europa. Un balcón natural para observar las nieves perpetuas y para disfrutar de los deportes de aventura junto a toda la familia.

Castejón de SOS, entrada natural al Valle de Benasque, tiene el clima perfecto para practicar parapente: no es extremado en invierno, al encontrarse protegido de los vientos del norte, y en verano mantiene unas suaves y agradables temperaturas. Desde 1985, cuando se fundó aquí la primera escuela de parapente de España, el vuelo libre es una de las actividades referentes y que más visitantes atrae a esta parte del Pirineo. Sus más de 4.000 alumnos y 50.000 vuelos avalan esta escuela. Parapente, ultraligero o avioneta a precios familiares para que nadie se quede fuera de probar una experiencia única. Por unos 80 euros, cualquiera puede disfrutar de la espectacularidad del vuelo en parapente a 1.400 metros de altura, y de las vistas de pájaro bajo la experta supervisión de un instructor.

El rafting es una de las alternativas más atractivas durante el verano y en el río Esera puede ser practicada por la familia al completo. Campo, a orillas de este río pirenaico, es el lugar perfecto, con precios que parten de los 30 euros. La ruta para las familias «La Silla» permite a pequeños y mayores disfrutar del descenso y superar los obstáculos que presenta el río, con la ayuda de un guía experimentado.

Otra opción para la familia es la que ofrece la infraestructura de la estación de esquí de Cerler. La subida en el telesilla del Ampriu, operativo en verano, ofrece unas vistas increíbles. Un recorrido de 40 minutos (ida y vuelta) que merece la pena hacer para enseñar a los más pequeños la grandeza de la montaña.

Finalmente, los aficionados al senderismo encontrarán una gran diversidad de rutas. El Paseo al Ibón de Villamuerta es fácil de hacer y la meta no puede ser más espectacular: un lago de origen glaciar. Tiene una duración de media hora (ida y la vuelta). De especial interés es la ruta del Sendero Botánico. Circular y de corto recorrido, con un desnivel de 130 metros, es totalmente apto para hacer con los pequeños, que además, aprenderán curiosidades sobre las especies vegetales gracias a la interpretación de las mismas situada a lo largo de todo el recorrido.

Otra ruta, la del embalse de Llinsoles, se puede hacer hasta con el carrito del bebé. En bici o a pie, las vistas merecen el paseo. Por último, la ruta del Forau de Aigualluts, que ciertamente no es la más sencilla, resulta una excursión amena, con subidas y zonas más llanas. Durante el trayecto es fácil ver marmotas y otros animales, así como observar flora única y las nieves perpetuas del Aneto. El broche final es insuperable: el «Forau», una espectacular sima a donde van a parar, en forma de cascadas, aguas del deshielo de los glaciares, y que discurren por un canal subterráneo de 4 km hasta desembocar en el vecino valle de Arán.

Forau de Aigualluts.

 

Más información:
Turismo del Valle de Benasque, Reino del Aneto. (www.benasque.com – Tlf. 974 55 28 80).