Cerler, entre bosques de pinos, en la cima del Pirineo

Artículo original de 20minutos.es

• La estación de Cerler ocupa el corazón del valle de Benasque.
• Rodeada de bosques de pinos, es la segunda estación más alta del Pirineo.
• Tiene el descenso esquiable más largo de España: 9 kilómetros ininterrumpidos de nivel medio y adecuado para realizar en familia.

Rodeada de cumbres legendarias como el Aneto y la Maladeta, la estación de Cerler ocupa el corazón del valle de Benasque, uno de los más frecuentados en la provincia de Huesca. Rodeada de bosques de pinos, es la segunda estación más alta del Pirineo. Su orientación mediterránea favorece las precipitaciones en forma de nieve cuando el resto de estaciones sufren su carencia. Tiene unas pistas envidiables y uno de los ‘snowpark’ más grandes de EspañaEl desnivel esquiable de 800 metros de www.cerler.com Cerler es el mayor desnivel esquiable, lo que la convierte en una de las más visitadas por esquiadores y snowboarders del país. Aquí se encuentra el descenso esquiable más largo de España. Un total de nueve kilómetros ininterrumpidos de bajada para esquiadores de nivel medio y adecuado para realizar en familia. Aquí no hay las largas esperas: hay 19 remontes disponibles para que no perdamos tiempo y conozcamos los 79 kilómetros esquiables. Cerler dispone de unas pistas envidiables y uno de los snowpark más grandes de España. Snowpark y mucho más. Se puede practicar snowspeed, que se trata de lanzarse a tumba abierta por una pista con un gran desnivel. Al final del recorrido, se pasa por unos sensores que marcan la punta de velocidad máxima alcanzada. Hay también un circuito de 7 kilómetros destinado las motos de nieve –hay noches en las que se pueden realizar excursiones nocturnas guiadas–. ¿Más adrenalina? El Speed Riding, donde se recorren las pistas combinando los esquís con una mini vela. Ya sin los esquís, hay multitud de actividades para seguir entretenido. Cada día hay música en directo, sesiones de DJ y un largo etcétera. Para los más pequeños, chocolatadas, paseos en trineos de perros o cuentacuentos. Y entre una cosa y la otra, una visita a la cafetería Remáscaro.