Benasque: el valle escondido de los grandes soñadores, más allá del congosto
Heraldo, 23 de noviembre de 2018
Benasque es un gigante turístico que ha sabido sazonar su presente sin desdeñar las leyes no escritas del pasado local; la rasmia montañesa de sus paisanos trabaja en consolidar lo logrado y clama por un mejor acceso viario.
La esencia de Benasque es fácil de encontrar si se busca en los lugares adecuados. Por ejemplo, en los ojos escrutadores de José Barrabés, cuya familia lleva un siglo de faena en distintos impulsos (el último, sus tiendas deportivas enfocadas en la montaña y el esquí, de impacto mundial) gestados desde su pueblo. También en las palabras entusiastas del hostelero José María Ciria, actual presidente de la Asociación Turística y Empresarial Valle de Benasque, y en el sereno afán reivindicativo del alcalde José Ignacio Abadías; en la zapa en la investigación histórica que hiciera Vicente Juste y sigue haciendo Antonio Merino, en el vino rancio de Rabasán, el maravilloso entorno de Los Llanos del Hospital y su jovencísimo olímpico en esquí de fondo Martí Vigo, en la estación de esquí de Cerler, el Centro de Ciencias, Casa Faure con su refugio literario del Estudiet, el multifuncional e impresionante palacio de lo Condes de Ribagorza… son muchos elementos que conforman un verdadero imán para el visitante.
«Tenemos un contador junto a la tienda, José Ignacio –espeta José, con ojos brillantes de emoción– yel año pasado hubo 1.200.000 de visitas en el pueblo. ¿Sabes que nos llamaban la Suiza de España y también el Chamonix español? La primera publicidad de Barrabés fue identificar 72 tresmiles, y aún hay más».
El alcalde sonríe y apostilla. «Tenemos 6.000 plazas turísticas en el municipio entre hoteles, hostales, casas de turismo rural, albergues y campings. La iniciativa privada aquí siempre ha sido fundamental, y se ha generado desde el riesgo personal, con préstamos. El papel del ayuntamiento ha sido tirar del carro en materia de infraestructuras para que ese turismo encontrase el respaldo y la comodidad adecuadas. Eso sí, con los impuestos de 2.200 vecinos hay que generar instalaciones para 10.000, y es todo un reto. La actividad nos hace ser cada día más exigentes; por ejemplo, ahora se quiere climatizar y cubrir la piscina, para atender a los residentes y a los que bajen de esquiar a las cinco de la tarde».
La gran riqueza de Benasque es la montaña, y el gran problema, el acceso. «Nuestra batalla de siempre es la carretera –recuerda José Ignacio– porque sigue siendo la misma desde hace un siglo, a través del Congosto de Ventamillo. Un año más estamos pendientes de las mejoras en la N-260, se hicieron unas enmiendas al presupuesto y este año ya no dará tiempo a ejecutar nada, así que veremos lo que pasa el que viene. Ya va siendo hora». Hace cuatro años, medio millar de personas salieron a la carretera para atender la convocatoria de la mencionada Asociación Turística y de Empresarios del valle para exigir respuestas, con pancartas como ‘100 años esperando’ o ‘de valle escondido a valle olvidado’.
Cerler
Operada por Aramón, es una de las estaciones de esquí predilectas de todo el Pirineo para los aficionados. José Ignacio recuerda que la vieja aspiración del pueblo con respecto a su pulmón económico es un lazo directo. «Hace muchos años que se quiere unir el pueblo de Benasque a la estación de Cerler por telecabina; evitaríamos seis kilómetros de curvas y contracurvas que se convierten en un caos con mal tiempo. Estamos valorando opciones con Aramón para conseguirlo, ayudando todos. Estamos convencidos de que podrá ser realidad en un plazo no muy lejano. Además se descongestionaría el plan urbanístico de Cerler, se podría redistribuir nueva vivienda en Benasque, donde hay mucho más espacio».
José recuerda que se compró hace muchos años un telesilla para acceder a la estación desde el pueblo. «La estación se iba a cerrar y el alcalde nos llamó a siete de nosotros para avisarnos y tratar de hacer algo. En un cuarto de hora se reunieron 50 millones de pesetas para ir a hablar con los propietarios de entonces, que eran catalanes, y en el transcurso de una cena en un restaurante de Monzón estaba resuelto el problema. Todo el pueblo aportó».
José Ignacio apunta un nuevo proyecto local, más allá del monte y el esquí. «El palacio de los Condes de Ribagorza tiene escuela de música, ludoteca, biblioteca, sala de conferencias y auditorio, y ahora vamos a añadir un proyecto de musealización en dos plantas, con cerámica y talla aragonesa cedida por un notario que se encarga de traer obra. La idea es terminarlo antes de fin de año. Benasque no es una urbanización; hay un bagaje cultural milenario que queremos hacer lucir».
Otro tema que une al pueblo tiene un pronóstico más incierto: el antiguo proyecto de túnel entre Benasque y la localidad gala de Luchon, con la estación de Bagneres. Son 20 kilómetros en línea recta, que ahora se convierten en dos horas de rodeo. «No se busca un túnel de carga pesada, así que la viabilidad económica está en duda, y ninguno de los dos países lo han visto como prioritario, pero sería un avance magnífico para la zona», concluye José Ignacio.
El Centro de Ciencias atrae a eminencias mundiales de la física
El Centro de Ciencias de Benasque lleva el nombre del físico sevillano Pedro Pascual, fallecido en 2006, de larga relación afectiva con Benasque y que dedicó la última década larga de su asombrosa carrera a la dirección y coordinación de este enclave, que esta semana alberga la III Semana de la Ciencia de Benasque, y que extiende puntualmente su actividad a intereses enmarcados en las humanidades y el deporte; este verano albergó el festival Alto Teatro y promovió el VII Torneo de Baloncesto Valle Escondido. El Centro (cuyo edificio es obra de la arquitecta Isabel Pascual) está regido por una Fundación sin ánimo de lucro y se abre a toda la comunidad científica internacional para la realización de convenciones y reuniones de temáticas específicas. En estos años ha recibido a siete ganadores del premio Nobel: el neurofisiólogo sueco Torsten Wiesel a los físicos Pierre de Gennes, André Geim, Anthony Legget, David Gross, Roy Glauber y Duncan Haldane.
Los imprescindibles
Casa Faure
Situada en la plaza del Ayuntamiento, este caserón monumental con huella de las familias Faure, Azcón y Ferraz alberga actualmente la librería El Estudiet (foto), habitual organizadora de actividades culturales.
La belleza de Anciles
Esta pedanía del municipio se distingue por sus impresionantes casas solariegas (en la imagen, Casa Suprián) y está a solamente dos kilómetros de Benasque, desde donde se accede por un camino paralelo al Ésera.
La familia Ferraz
De esta saga benasquesa destaca Francisco Javier Ferraz Cornel, nacido en 1779. Fue presidente del Tribunal Supremo de Guerra y Marina y senador vitalicio. Obtuvo la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.