El mágico pueblo que yace en el corazón de un valle y es perfecto para el invierno

El mágico pueblo que yace en el corazón de un valle y es perfecto para el invierno

18 diciembre 2024 Artículos 0

España fascinante, 18 de diciembre de 2024

Este pueblo en el centro del Valle Escondido siempre es precioso, pero alcanza su máximo esplendor en los meses invernales, ofreciendo una postal inolvidable.

Antiguo bastión fronterizo y aduana de Huesca, este pueblo es el corazón del remoto Valle Escondido. Gentes acogedoras, preciosas casitas de piedra y una paz que no se encuentra en muchos otros lugares; la magia de Benasque es infinita. Pero si algo en él es verdaderamente mágico, es el paisaje nevado que viste en los meses de invierno. Esta es la historia de Benasque y todo lo que ofrece. 

Benasque, belleza y calma

Las visitas a Benasque suelen ser tranquilas, puesto que el entorno invita a descansar y disfrutar de la atmósfera cálida y acogedora. Para verlo solo es necesario medio día, pero la mejor idea es alargar la estancia para disfrutar de unas breves y relajantes vacaciones.

En invierno resulta muy atractivo realizar esquí de fondo en los Llanos del Hospital y esquí alpino en Cerler. Recorrer el Parque Natural de Posets-Maladeta es otra gran alternativa. Y es que su situación lo convierte en el lugar perfecto para actividades de turismo activo. Asimismo, acercarse a la capital provincial es una buena opción si no se conoce.

Un pueblo de cuento

Antes de adentrarse en las bonitas callejuelas de Benasque, es necesario conocer su historia. La vida en el valle ha estado históricamente marcada por su aislamiento físico, lo que le valió el sobrenombre de Valle Escondido. Esto ha contribuido a preservar su entorno de gran valor natural. Por contra, han quedado pocos vestigios que permitan conocer sus orígenes.

Benasque
Benasque. | Dreamstime

Estuvo poblada en época romana. Se cree que fue entonces cuando se construyeron las primeras instalaciones de baños sulfurosos. Sin embargo, no existen pruebas documentales que atestigüen esta teoría. La primera referencia escrita relacionada con la localidad es el llamado Rótulo de Benasque, de principios del siglo XI.

En 1120 el lugar era propiedad de Bernardo Ramón, conde de Pallárs-Jussá. Posteriormente, pasó a depender del condado de Ribagorza, que en el siglo XIII edificó un castillo en el municipio. Desde este se debía controlar la importante mina de plata que había en el valle. Sus rendimientos fueron repartidos por Alfonso II en 1182 entre sus explotadores, él mismo y el señor local, Armando de Benasque.

Benasque bajo un manto de nieve. | Dreamstime
Benasque bajo un manto de nieve. | Dreamstime

Para asegurar la frontera, entre 1592 y 1598 el arquitecto italiano Spanocchi construyó una nueva fortaleza que sustituyó a la medieval. Durante la guerra de sucesión, al igual que la mayor parte de Aragón, se inclinó por el archiduque Carlos de Austria. En 1711 el Castillo de Benasque fue asaltado por tropas francesas que apoyaban a Felipe V. Por otro lado, en 1808 el castillo fue de nuevo ocupado, sin lucha, por los franceses, que lo evacuarían en 1814.

Durante las guerras carlistas fue un bastión carlista contra el gobierno central de isabelinos. Posiblemente eso provocó que el Gobierno ordenara en 1858 el derribo del Castillo de Benasque. Esta decisión hirió el orgullo de sus habitantes y causó protestas, aunque finalmente obedecieron. La Administración accedió a que se levantaran unos planos del edificio antes de derruirlo.

El 30 de octubre de 1937, Benasque sufrió la mayor tromba de agua de que hay noticia hasta ahora: 300 litros por metro cuadrado. Desde entonces, hay desbordes periódicos. Como dato curioso, en sus tierras se habla el particular patués, lengua que surge del encuentro de tres dialectos diferentes: aragonés, el catalán y el gascón.

Los encantos de Benasque

Casco antiguo de Benasque
Casco antiguo de Benasque. | Shutterstock

El recorrido por lo que ver en Benasque se inicia en el Congosto del Ventamillo, que asciende desde la planicie por un estrecho paso paralelo al curso del río Esera. En palabras del escritor Severo Curiá, el congosto es un «tajo profundo y estrecho entre cuyas paredes. Por su fondo bajan las aguas rugiendo, retorciéndose furiosas, saltando por encima de los pedruscos, arañando las paredes, jadeantes cuando les falta cauce y formando turbulentos remolinos en las gorjas».

Antiguamente, el paso del congosto solo podía realizarse a pie o sobre cabalgadura, excursión que podía ocupar un día entero. Más allá se encuentra Benasque, a la orilla del río, sobre una planicie que antecede al conjunto de altas cumbres que conforman el Parque Natural de Posets-Maladeta. Se trata de la mayor concentración aragonesa de picos superiores a 3000 metros. Entre ellos está el Aneto, montaña más alta de los Pirineos y tercera de España.

La economía local ha evolucionado de la ganadería al turismo. Así, se ha consolidado como un importante centro de servicios y uno de los principales destinos de montaña de Aragón. En época de verano son numerosas las actividades que pueden realizarse en su entorno: senderismo, escalada, equitación, barranquismo o BTT. Mientras tanto, en invierno, la cercana Estación de Esquí de Cerler presenta las cumbres más elevadas de Aragón para la realización de este deporte.

Siguiendo con lo que ver en Benasque, se llega a su casco urbano, que presenta dos partes bien diferenciadas. Una de ellas se corresponde con la moderna ciudad de servicios turísticos. La otra, todavía con calles empedradas entre construcciones típicas pirenaicas.

Iglesia de Santa María la Mayor
Iglesia de Santa María la Mayor. | Shutterstock

La iglesia de Santa María la Mayor es el mayor templo que ver en Benasque. Se construyó en el siglo XIII, pero su crucero, presbiterio y torre corresponden a posteriores reformas renacentistas.

En cuanto a la arquitectura civil, destaca el palacio de los Condes de la Ribagorza, que Ricardo del Arco definió como un «palacio italiano adaptado al ambiente montañés». Se alzó a mediados del siglo XVI. Su más probable promotor fue el conde Martín de Gurrea y Aragón (1550-1581), cuyos bustos se conservan, junto con los de su esposa doña Luisa de Borja. Además, fue sede de la Tabla General o Aduana en el siglo XVII. Durante la Guerra Civil sirvió como acuartelamiento del Batallón de Montaña republicano. En 2005 pasó a ser propiedad municipal y desde 2011 es la sede del Centro Cultural.

De Casa Faure, en la Plaza del Ayuntamiento, destaca el torreón de una de sus esquinas. Otra vivienda que ver en Benasque es la Casa Juste, del siglo XVI, otro buen ejemplo de edificio noble con torreón almenado de planta cuadrada.

Imprescindibles

Datos prácticos

Coordenadas

42° 36′ 17″ N, 0° 31′ 24″E

Distancias

Huesca 149 km, Zaragoza 218 km, Barcelona 297 km, Madrid 607 km.

Aparcamiento

A lo largo de la avenida de Francia.

Altitud

1138 m.

Habitantes

2362 (2024).

Fiestas

La principal fiesta que ver en Benasque es San Marcial (30 de junio).

Otros eventos

Otros eventos que ver en Benasque son los Balls dels Omes (30 de junio), cuya música inspiró el Himno de Riego, el Open Internacional de Ajedrez (julio) y el Ultra Trail Aneto (julio).