La Sierra Negra, una atalaya en el valle de Benasque culminada por dos tresmiles
La Sierra Negra, una atalaya en el valle de Benasque culminada por dos tresmiles – Barrabes.com.
Hay lugares tan a la vista que caen en la invisibilidad. Y se convierten en escondites secretos en medio de todas las miradas. Algo así ocurre con la Sierra Negra.
Grupo de excursionistas por la Sierra Negra. Al fondo, Estós, con el Posets y el Perdiguero.Texto: Cuadernos Técnicos
Copyright fotos: Jorge Chueca/Barrabes, julio 2013.Este reportaje está extraído de nuestro último número de Cuadernos Técnicos, un monográfico sobre el valle de Benasque titulado “Benasque, una ruta infinita”. Todas las fotografías están tomadas durante la 2ª quincena del mes de julio de 2013 por el equipo de la revista.
El título hace alusión al signo de infinito que traza esta ruta sobre los diferentes valles y montañas que conforman el gran valle del Ésera.
El valle de Benasque reúne 65 montañas de más de tresmil metros en su cuenca, así como innumerables picos que superan los 2.000m de altura. Es un hecho conocido. Estos grandes macizos que se desploman vertiginosamente aislando y empequeñeciendo a los pueblos del valle conforman una complicada orografía llena de valles subsidiarios del principal, o del río Ésera. Más que del valle de Benasque, sería apropiado hablar de los valles de Benasque.
Sin embargo, esta acumulación de montañas de más de tresmil metros, entre los que se encuentran las dos cumbres más altas de la Cordillera, el Aneto y el Posets, ha originado una curiosa situación: a diferencia de otros lugares del Pirineo, para la mayoría de los montañeros Benasque es un lugar de cimas, no de travesías.
Resulta paradójico, sobre todo si pensamos que uno de los valles más visitados del Pirineo alberga en su interior muchos lugares, incluso valles enteros, salvajes, bellos y desconocidos, que apenas reciben visitas.
Dentro de la ruta en varias etapas que propusimos, añadíamos algunas variantes. La última propone cerrar el signo de infinito regresando al punto de partida, el valle de Benasque, en una última etapa que parte de la zona de Angliós, a través de las alturas de la Sierra Negra, coronando además la cima de dos tresmiles, las gemelas Tucas de Ballibierna y Culebras, en lugar del tradicional descenso al valle de Ballibierna.
En este contexto -integrado en un monográfico mayor con el que está radicalmente intrincado- hay que entender las redacción del texto del reportaje.
La Tuca de Culebras, 3.062m de altura, cerrando la Sierra Negra“Variante de la Sierra Negra; una atalaya en el valle con ascenso a dos tresmiles.
Hay lugares tan a la vista que caen en la invisibilidad. Y se convierten en escondites secretos en medio de todas las miradas. Dicen que la mejor manera de pasar desapercibido es integrarse en una multitud, y que para esconder un libro no hay nada como una gran biblioteca. Algo parecido ocurre con las montañas.
La Sierra Negra es un largo cordal de altura, sin abruptas variaciones de desnivel, que comienza al sur del valle, en las montañas de Cerler, y finaliza en las Tucas de Culebras y Ballibierna, a más de 3.000m de altura. Es difícil que ningún visitante del valle abandone el mismo sin haberla visto, bien sea desde la estación de esquí, desde el pueblo de Benasque, desde Estós, desde el Aneto; más difícil aún es encontrar a alguno que se haya percatado de su presencia.
La cara sur del Aneto, con el valle de Ballibierna a sus pies, desde la Sierra NegraLa variante que hoy proponemos es, ante todo, diferente. Diferente a lo habitual en un valle como Benasque, diferente a cualquier otra travesía con cima en un tresmil de toda la cordillera, y debido a su especial orografía, diferente a lo que se puede encontrar a lo largo del Pirineo. Mezcla sin transición las inmensas zonas de roca, nieve y hielo habituales en los tresmiles con las suaves montañas del sur, cruza a través de paisajes de pura estirpe pirenaica pero posteriormente recorre un cordal de color y aspecto volcánico que recuerda con fuerza a algunas regiones de Ladakh o Islandia.
Cresta entre la Tuca de Estiba Freda y la de Roques TrencadesLas montañas de esta Sierra son muy hermosas, y sus cimas llegan a superar los 2.800m; pero como decimos, aunque están a la vista, suelen ser invisibles, camufladas como un libro en una biblioteca entre los laberintos de macizos de alta montaña de más de tresmil metros que conforman el valle.
La ruta que proponemos permite además cerrar la travesía culminando un tresmil. Se trata de una opción más larga y montañera que exigirá a quien la escoja una buena forma física y, sobre todo, experiencia en montañismo. Recomendamos con vigor la contratación de un guía a aquellos que carezcan de esta experiencia.
Desde la zona de ibones y estanys de Angliós y Salenques ascenderemos a la Tuca de Ballibierna (3.067m) por su ruta normal de subida. Una vez en la cima tendremos un obstáculo importante para los menos acostumbrados: el famoso paso de caballo entre esta cumbre y su gemela, la Tuca de Culebras (3.062m). Comenzaremos el descenso por la vertiente contraria, por la canaleta que sigue la ruta normal que desciende a Ballibierna. Muy pronto abandonaremos esta ruta continuando por el cordal, en radical cambio geológico y paisajístico. Al norte y al este de la Tuca de Ballibierna encontramos territorio alpino, rocoso, nivoso, roto, lleno de ibones. Tras coronar la Tuca de Culebras, brusco cambio al cordal de la Sierra Negra y sus montañas solitarias, de formas antiguas, redondeadas, poco alpinas en verano y de grave y desolada belleza. Es un larga atalaya situada 1.700m por encima del fondo del valle, con excepcionales vistas a la sur del Aneto, Posets, Eriste, Perdiguero, Cotiella, valles de Castanesa, Ardonés y Benasque. Un mirador privilegiado que une sin transición los macizos de tresmiles con las montañas pastoriles y los pueblos del valle.
Cara sur del Aneto, debajo Ballibierna. La Tuca de Culebras, la Sierra Negra hasta Roques TrenquadesUn final más montañero para la travesía, que nos permite culminar 4 picos (dos tresmiles), y que nos mantiene por encima de los 2.500m hasta el último instante.
Hay muchas posibilidades; nosotros proponemos alcanzar la Tuca de Roques Trencades, y desde ella tomar el cordal que se dirige hacia el oeste hasta la cercana Tuca de Estiba Freda, y comenzar el largo descenso por territorio suave y herboso que 1.500m por debajo nos sitúa en Benasque. Pero perfectamente desde Roques Trencades puede continuarse hasta la Tuca de Pasolobino y Castanesa, descendiendo a la zona de Ampriu de la estación de esquí de Cerler.
1.500m de desnivel entre Roques Trenquades y Estiba Freda y los pueblos de Cerler y Benasque, abajoAvisamos de que, si bien no es una zona técnica, apenas está marcada e hitada, por lo que, especialmente en caso de mal tiempo, es algo que deben tener muy en cuenta aquellos con poco experiencia en montaña y orientación antes de atreverse a afrontar la travesía. Y volvemos a reiterar: se trata de una zona de pastores y ganados, se ruega respeto absoluto a esta forma de vida tradicional del valle.
La ruta permite una finalización temprana si se cuenta con la logística adecuada en forma de vehículo; bien desde la cabaña de Ardonés, a la que se accede en vehículo por pista, bien desde Ampriu, bien desde el pueblo de Cerler. Puede contratarse uno de los taxis del valle para que nos recojan.
La cabaña de Ardonés
Es una forma de descender un tresmil extraña, diferente, única en la cordillera, un gran broche a esta travesía para los más experimentados en montaña. Pero si extraño es el descenso, más extraña sería la subida: podría decirse, en cierta forma, que subiríamos un tresmil transitando por territorio de tresmiles tan sólo sus últimos 200-300 metros, y con un recorrido que en buena parte del mismo apenas gana ni pierde desnivel. No nos extendemos en la explicación; cuando visitéis la Sierra, entenderéis a lo que nos referimos.
De hecho, se trataría de un trayecto muy lógico para ascender a la Tuca de Ballibierna desde Benasque o Cerler, pero también muy largo, extremadamente largo para mucho, aunque parte de esta gran longitud puede salvarse accediendo en coche bien al Ampriu, bien a la cabaña de Ardonés. Una vez más no pretendemos ser una guía, más bien una propuesta de trabajo para cada uno, y no damos tiempos ni recorridos exactos; aquellos que se aventuren tendrán primero que investigar y medir sus fuerzas bajo su responsabilidad, o contratar un guía que les informe, asesore, y finalmente guíe.”