Valle de Benasque, una joya encontrada en Aragón
Valle de Benasque, una joya encontrada en Aragón.
Al noroeste de Huesca y a 100 km de Zaragoza el Valle de Benasque ofrece las más variadas opciones de ocio para todos las edades. Coronado por la mayor concentración de picos superiores a los 3.000 metros de todo el Pirineo, su tarjeta de presentación es un enorme abanico de deportes de agua, aventura, senderismo y fiestas populares. ¿La guinda? Su excelente gastronomía. Entra en este universo verde de cuento.
Su buena conservación muestra un conjunto montañoso, -el más importante del macizo pirenaico- y su gran riqueza geológica, faunística y botánica, que le llevó en 1994 a la creación del Parque Natural Posets-Maladeta.
El Parque Natural se extiende por los términos municipales de Benasque, Gistaín, Montanuy, Sahún y San Juan de Plan y se perfila a una gran altitud, entre 1.500 metros en el fondo de valle y 3.404 metros en la cima del Aneto (la cota más alta del Parque). Un área protegida situada en el extremo norte del valle tiene una extensión de más de 33.440 hectáreas, en el que destaca un conjunto de 13 glaciares, 95 lagos (ibones) de origen glaciar y cascadas de película
Vamos de excursión
El Parque Natural Posets-Maladeta engloba el Eriste-Posets, Aneto-Maladeta, y Estós-Perdiguero, una buena excusa dentro de un marco verde espectacular para comenzar la aventura. Existen refugios estratégicamente situados: el refugio Ángel Orús, en el valle de Eriste; el refugio de Estós, en el valle de Estos; el refugio de la Renclusa (abierto todo el año), en la vertiente norte de las Maladetas; o el refugio de Biadós, en el valle de Chistau.
Salpicados se pueden encontrar tres centros de interpretación del valle, en Benasque, Eriste y Aneto; y próximamente, en San Juan de Plan.
Con más del 70 % de su superficie con cotas superiores a los 1.800 m (oscilando entre 1.500 m de los fondos de valle y 3.404 m del Aneto), son de gran interés sus formas de modelado glaciar, como las morrenas y los ibones, al igual que los importantes fenómenos kársticos existentes.Además, alberga una gran diversidad de flora y fauna propia de los pisos bioclimáticos de alta montaña, con aparición de endemismos y especies en peligro de extinción. Para los peques es una gran experiencia porque además hay vacas y ovejas capitaneadas por sus pastores, y su eco dan esa nota bucólica al y tradicional al ambiente. Grupos de montañeros, familias y personas de edad se dan cita entre los valles, una cita para doctos y principiantes que pueden elegir la mejor modalidad de ocio activo o de senderista tranquilo para disfrutar de cada tramo de paisaje.
Grupos de bicis de montaña, por el pueblo pintoresco de Anciles en e-bike, y un cielo con parapentes por el área de Castejón de Sos, (en el campo del raso-campo aviación), con experiencias por las nubes en Escuela Parapente Pirineos coronan la estampa bucólica que conforman la idílica imagen de postal del Valle Benasque.
Tradición a la mesa con matiz de autor
El cordero, la ternera, cerdo o carne de caza; toman forma para algunas de sus recetas que van de la tradición a lo sofisticado.
Un amplio abanico de setas y trufas conforman el mapa de la variada y rica gastronomía del Valle de Benasque.Entre sus especialidades destacan los “recaus”, platos de cuchara por excelencia y en los que conviven los más diversos productos.
El de Villanova que, además de lentejas y chorizo, incorpora patatas y coles, es uno de los más conocidos. También es popular en el valle el guiso de garbanzos con patatas al que se añade longaniza, tocino, morcilla y costilla. En este mismo apartado figuran las judías en aceite, típicas de Castejón de Sos. Del cordero, se cocinan los “garrotets” o jarretes en localidades como Benasque, donde son un verdadero estandarte de la gastronomía local. En el mismo apartado cárnico, aunque de caza, destacan el “ixarso” o sarrio benasqués y el jabalí con chocolate. En cárnicos, junto a la deliciosa ternera del valle, se encuentran exquisitos productos derivados del cerdo como los embutidos, las chiretas o las tortetas.De la huerta, patatas “al calibo”, cocinadas al amor de la lumbre, y platos como la ensalada benasquesa, más elaborada, en la que junto a las patatas, hay cebollas, sardinas de cubo y robellones en vinagre. La riqueza de los hongos de la zona –“robellons”, “muxardons”, y muchas otras variedades– ofrece, además, infinidad de recetas muy apetitosas. También producto de la naturaleza, en este caso de las cristalinas aguas que recorren el valle, las truchas se convierten en un manjar excepcional y desempeñan un papel fundamental en la cocina tradicional del valle de Benasque. Y para acompañarlo todo algunos de deliciosos vinos de la vecina Somontano.
En el pueblo de Sahún a tiro de piedra de la zona, está la quesería de Sahún en Casa Falisa que elabora quesos artesanales de vaca curados y hacen visitas guiadas.
No te vayas sin probar otro de los delicatessen, el tomate rosa de Huesca, la borraja y el postre estrella: el crespillo: que se hace con la hoja de la borraja.
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