Senderos del Álto Ésera
Heraldo, 1/8/2018
El río Ésera nace a los pies del macizo granítico de la Maladeta, en el que despunta la mayor cumbre de los Pirineos: el Aneto (3.404 m). En su cabecera, en pleno Parque Natural Posets-Maladeta, el Ésera se alimenta de la fusión de neveros y glaciares.
Después, sus caudales dan forma y vida al valle de Benasque, protagonista de este magnífico circuito. Más allá de los emblemáticos ‘tresmiles’, soberbios centinelas de la travesía son la sierra de Chía y las estribaciones septentrionales del macizo del Turbón que, aguas abajo de Castejón de Sos, apretujan al Ésera hasta conformar el desfiladero que sirve de colofón al valle: el congosto de Ventamillo. Semejante escenario se tapiza de bosques húmedos de gran interés, como la selva de Conques y el abedular de Sahún.
Los 52 km de este circuito se pueden recorrer en 3 etapas, utilizando como base los alojamientos de la Escuela de Montaña de Benasque, El Run y Pájaro Loco de Castejón de Sos. La página web del albergues y refugios ofrece una completa información de estas instalaciones y del itinerario a seguir en su apartado de ‘Rutas de Trekking’. Dicho itinerario emplea, en gran parte de su trazado, varios senderos señalizados como Pequeño Recorrido (PR) más un corto tramo del GR 15, además de algunos enlaces.
Benasque es una de esas capitales pirenaicas que hunden sus raíces en la antigüedad y que se mantienen activas ante un majestuoso paisaje de alta montaña.
El itinerario comienza en la carretera A-139, donde hay que tomar el PR-HU 32 por el que, en paralelo a la carretera y al río, alcanzamos Eriste. Aquí se cruza el Ésera para bordear el embalse de Linsoles, desviándonos por el PR-HU 51. Bajo su presa, se vuelve a cruzar el río y la carretera y, en ascenso, se llega al santuario de Nuestra Señora de Guayente, centro espiritual del valle. Se prosigue hasta Sahún, Villanova y Chía y, por el boscoso piedemonte de la sierra homónima, se desciende a El Run, al que precede su recoleta ermita románica de la Virgen de Gracia y su albergue, final de la primera etapa.
De El Run a Castejón de Sos
En El Run hay que volver a cruzar el Ésera para situarnos en su margen orográfica izquierda. Ahora, el PR-HU 50 nos encamina entre prados, muros de piedra y setos vivos hacia el congosto de Ventamillo. Tras cruzar el barranco de Rigabás, nos adentramos en el espectacular estrecho que forma la embocadura de la Bal de Benás hasta dar con el GR 15, por el que retornaremos valle arriba, hacia el pueblecito de Gabás.
Aquí retomamos el umbroso PR-HU 50 en dirección a El Run, que dejaremos en la otra orilla, mientras continuamos hasta Castejón de Sos, donde nos espera el albergue Pájaro Loco, centro de reunión de buena parte de la actividad deportiva de la zona.
De Castejón de Sos a Benasque
Para afrontar la última etapa, en Castejón de Sos nos situamos en la avenida de El Ral y nos dirigimos hacia Sos por la pista (PR-HU 88) que pasa junto al cementerio y que, más tarde, se convierte en un sendero en ascenso hasta esa pequeña localidad. Desde la iglesia románica de San Andrés obtendremos excelentes panorámicas.
Una vez en Sos, otro sendero de Pequeño Recorrido (PR-HU 85) nos lleva hasta Eresué, una de las localidades de esta ladera del valle conocida como El Solano. Luego, hemos de seguir por la pista asfaltada -único tramo del circuito no señalizado- que lleva a Cerler hasta conectar con el PR-HU 35 y descender por la selva de Conques, hasta la casa que le da nombre, junto a su bella ermita románica y unos monumentales acebos. Finalmente, se sigue hacia Anciles, uno de los pueblos más hermosos del Pirineo, desde el que tomaremos la pista que conduce, de nuevo, a Benasque.
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