Estos son los lagos glaciares más impactantes del Pirineo aragonés: los ‘ojos azules’ de Huesca
Heraldo, 18 de septiembre de 2024
La prestigiosa revista de viajes ‘National Geographic’ destaca estos enclaves de Aragón como auténticos tesoros de la naturaleza que podemos disfrutar en la alta montaña por su origen glaciar.
De todos los tamaños y dificultades de acceso, los ibones son los lagos de origen glaciar que se esconden en el Pirineo. Enclavados, por norma general, en entornos impresionantes y de belleza sin igual, hacen las delicias de los amantes de la naturaleza y son todo un tesoro natural que atesora la cadena montañosa que separa Aragón de Francia. Son el destino final de muchas rutas senderistas y excursiones que son perfectamente realizables en familia, un regalo de lo más sorprendente que no deja indiferente a nadie, ni siquiera a la prestigiosa revista de viajes ‘National Geographic’.
A pesar de destacar en numerosas ocasiones a la comunidad aragonesa, la publicación no deja de sorprenderse con las maravillas naturales del territorio aragonés. En esta ocasión, ‘National Geographic’ pone en valor a los «ojos azules de Huesca»: los impresionantes ibones del Pirineo aragonés.
Un destino estrella en el Valle de Benasque: el ibón de Escarpinosa
Este coqueto ibón es el más visitado de los ibones que hay en el Valle de Benasque. Rodeado de pinos negros, llegar hasta él constituye una de las rutas imprescindibles en el Parque Natural Posets Maladeta. La excursión que nos lleva hasta el ibón de Escarpinosa es, cuanto menos, un regalo.
Atravesamos un hayedo, pasamos por el Ibonet de Batisielles, otro de los ojitos azules del Pirineo aragonés que ha cautivado a ‘National Geographic’ y continuamos hasta él en paralelo al Barranco de l’Aigüeta y su espectacular cascada.
Ibonet de Batisielles, rodeado de verdes praderas
El Ibonet de Batisielles es todo un tesoro del Parque Natural Posets-Maladeta, ya que se encuentra en una pradera muy verde donde el río Batisielles forma pequeños meandros y está rodeado de altas y escarpadas cumbres como las Agullas de Perramo.
Es uno de los parajes más bonitos del Parque Natural Posets-Maladeta y lo podemos descubrir mediante una sencilla y popular excursión del Valle de Benasque que comienza en el parking del Valle de Estós.
El Ibón de Plan o Basa de la Mora: un paisaje de película
El Ibón de Plan, también conocido como Basa de la Mora, es un lago glaciar que se encuentra en un entorno que parece de película, rodeado de impresionantes moles pétreas, grandes canchales de piedra y bosques de pino negro con verdes praderas.
Es uno de los ibones más bellos del Pirineo y para descubrirlo tenemos que desplazarnos hasta Saravillo, un encantador pueblo de Huesca, en el municipio de Plan, donde tiene su origen. El recorrido es cómodo y sencillo por una pista forestal de unos 14 kilómetros de longitud que nos llevará alrededor de una hora.
Perfectos para explorar en familia: los ibones de Anayet
En el área del bonito pueblo oscense de Sallent de Gállego hay unas cuantas rutas muy recomendables, pero quizá sean los ibones de Anayet los más populares para conocer con niños. El premio es inmejorable: una vista de uno de los lugares más bonitos que podemos visitar en el Valle de Tena.
Estos lagos glaciares, situados a 2.200 metros de altitud, se encuentran bajo dos picos cuyo reflejo se aprecia en el espejo de sus tranquilas aguas: el Vértice de Anayet, de intenso color rojo, y el Pico de Anayet, marrón casi negro, ambos de origen volcánico.
Este bellísimo paisaje es uno de los mejores de Pirineos gracias también a su ubicación, que lo conforman como un balcón abierto que domina los valles inferiores con el imponente Midi d’Ossau y sus 2.884 metros justo delante, ya en el lado francés.
Ibón de Acherito: una ruta exigente y espectacular
Muy cercano a Francia y a Navarra; el ibón de Acherito se sitúa en el término municipal de Ansó, en pleno Parque Natural de los Valles Occidentales y en la cabecera del Aragón Subordán. La caminata se las trae, pero no es demasiado, ya que no es muy difícil, pero sí larga. Es una excursión que dura tres horas y media, por lo que hay que llevarse agua abundante, ropa de abrigo (aunque haga bueno, siempre prevención) y calzado con dibujo, adecuado para el monte.
Es el lago más occidental de los Pirineos y su belleza, rodeada de montañas calcáreas custodiando el lago de origen glacial, ofrece al visitante un paisaje espectacular en el Valle de Hecho. Podemos descubrirlo mediante una ruta circular que comienza en una zona de aparcamiento con unos paneles informativos que marca los límites entre la Selva de Oza y las praderas de Guarrinza.