Benasque en otoño

Benasque en otoño

5 noviembre 2018 Artículos 0

Red Aragón, 5 de noviembre de 2018

Ha llegado el otoño a la alta Ribagorza. Los guardas de los refugios de la Renclusa, Cap de Llauset, Eriste y Estós nos recomiendan varias rutas durante esta atractiva época del año en la que el valle de Benasque es una sinfonía de colores

Vista del valle desde La Peña Blanca. Foto: Archivo Prames

La Renclusa se encuentra a 2.160 metros de altitud, a la sombra del Aneto, el techo de la península ibérica con sus 3.404 metros. David Lafón es uno de sus guardas y nos recomienda varias rutas: «desde La Besurta se sube a los ibones de Paderna, se baja al refugio y se llega al collado de La Renclusa y se desciende al Plan de Aigualluts. Después se regresa a La Besurta, que es donde hemos dejado el coche. Es asequible para todo tipo de público y tiene una duración de unas cuatro horas», indica el guarda, natural de Fonchanina. Otra ruta es el ascenso al ibón de Coll de Toro. «Se sale desde La Besurta, se va hacia Aigualluts hasta el fondo del valle donde está el Coll de Toro, paso fronterizo con el valle de Arán. Se vuelve desde el mismo lado. Son otras cuatro horas de actividad».

Una excursión clásica es al puerto de Benasque, un collado fronterizo a 2.444 metros de altura. «Es un mirador muy bonito y todas las postales del macizo del Aneto se toman desde allí. Desde La Besurta al collado y volver son cinco horas». Lafón también propone una ruta por el fondo del valle de Benasque. Nos transportamos a la alta montaña con cumbres que nos recuerdan a los Alpes. «Desde los Llanos del Hospital se inicia una ruta sencilla. Se va al Plan d’Están por el Camino de los Araneses. Es una circular que se hace en tres horas sin correr. Por allí va el circuito del esquí de fondo. Se sube por el camino de raquetas por un bosque de pino negro y de abetos y se regresa por la pista de esquí de fondo», explica.

El guarda recomienda no ascender en esta época el Aneto. «El mayor problema es que el día es corto, tienes que subir más rápido y el terreno no te permite ir buen ritmo. Desde mitad de octubre a mitad de enero hay que dejarle tranquilo, que se recupere y tenga más nieve y alargue el día. Ahora está muy exigente y es solo para montañeros experimentados. Hay que llevar equipación de invierno porque arriba hace fresco».

El otoño en el valle de Estós tiene fama de gran belleza en sus masas boscosas. Carlos Rivera, guarda de Estós nos explica como es el recorrido clásico. «Cogemos el camino del G.R.-11 por la pista desde el puente de San Jaime. Después llegamos a la cabaña del Tormo y a la izquierda parte un sendero en zig zag muy señalizado a los ibones de Batisilelles, Escarpinosa y Perramó. Es un camino muy otoñal con las cumbre nevadas. Desde los lagos se baja por otro sendero hasta el refugio de Estós. Es un recorrido muy familiar y muy practicable. Se hace en cuatro horas», nos explica Carlos. Los tresmiles clásicos que se suben desde Estós son Clarabide o Gias. «Ahora se pisa nieve desde los 2.200 metros».

El refugio de Cap de Llauset es el más alto guardado de todo el Pirineo. Está a 2.425 metros, a la sombra de Tempestades y Ballibierna. Martín Grudzien, el guarda, nos recomienda un sugestivo recorrido. «Hay una circular interesante. Se sube por el valle de Salenques desde la carretera principal, se alcanza el refugio y desciende por el collado de Anglios y el valle de Rigüeño, donde hay un hayedo, hasta la presa de Llauset. El desnivel será de 1.200 metros y hay que emplear todo el día en el recorrido». Ahora hay nieve para subir a Ballibierna, el pico más frecuentado de la zona con sus 3.056 metros. «Desde el refugio habrá 600 metros de desnivel que se hacen en hora y media o dos horas. Ahora hay nieve sin base y hay que ir con precaución. Los pinchos de los crampones se enganchan en las piernas y te puedes romper un tobillo», indica.

Al refugio Ángel Orús se puede subir en una bonita excursión de dos horas. «El desnivel hasta el refugio es de 600 metros y se transita por la izquierda de la Aigüeta de Eriste. Es una subida muy agradable con dos repechos fuertes. Hay hojas en el suelo de muchos colores», dice Fernando Román, uno de los guardas del Angel Orús. El pico que más se sube desde allí es el Posets, que tiene 3.369 metros. «Ahora ha nieve desde los 3.000 metros y tiene 20 centímetros de profundidad”, indicaba Román mediado el mes de octubre.